Tomás Moro fue ejecutado el 6 de Julio de 1535 y su cuerpo decapitado fue enterrado en la anglicana Iglesia de San Pedro ad Vincula (San Pedro encadenado, para los de la LOGSE y posteriores...) -que se halla en el interior del recinto perteneciente a la Torre de Londres. Por cierto, allí se encuentran enterrados también -entre otros-, Ana Bolena y su hermano George, Catalina Howard y Lady Jane Grey... En el muro Oeste podrán encontrar una relación de todos los enterramientos, si es que tienen algún interés morboso por el tema...
Lo que hay que advertir a los fieles del luego elevado a los altares Tomás es que, sintiendolo mucho, nadie tiene ni idea de dónde están los huesos. De hecho las excavaciones que tuvieron lugar entre 1876 y 1877 no lograron identificar los restos del santo de entre todos los enterramientos existentes en el lugar (alrededor de 1.500).
Hay una pequeña capilla, fuera de la visita al público, que puede verse si algún beefeater consiente, donde se halla un monumento -nada de enterramiento-, erigido en 1970, cuyo busto fue esculpido por Raphael Maklouf. O sea, moderno y sin restos. No se dejen engañar.
¿Y la cabeza?
Se hirvió para evitar su putrefacción rápida y se exhibió en el Puente de Londres durante 30 días. Posteriormente su hija, Margaret Roper...
...que sobornó al encargado de deshacerse del macabro resto tirándolo al rio Támesis, recuperó "aquello". Se sabe que la cripta de la familia Roper, en la Iglesia de St Dunstan en Canterbury, alberga el lugar de enterramiento actual de la cabeza, porque se confirmó su presencia en Julio de 1978, cuando el arqueólogo Tim Tatton-Brown tuvo acceso al lugar, donde se halló en un nicho la caja de plomo con los restos.
Pues nada, la cabeza y poco más...